jueves, 2 de septiembre de 2010

Hoy me encontré

Abandono. Esa era la sensación de este espacio que alguna vez intenté ocupar en ese vasto mundo de la red. Desnudarse no es fácil y veo que me ha costado mucho más trabajo del que creía.

Pero hoy me encontré. Literalmente. Me Googlé para enseñarle a una amiga unas fotos y entre ellas aparecía el ícono que alguna vez escogí para ilustrarme frente al nombre de escogí para este cuaderno. Supuse que l dar click aparecería esta página... pero oh sorpresa. Me encontré con un post que hizo Paula Carri en su Blog Aryentina sobre una plática que tuvimos hace como hace año y medio cuando nos conocimos en las oficinas de Google en Buenos Aires. Ahí nos presentamos, charlamos y hablamos sobre mujeres y tecnología, sobre la escritura y sobre lo que nos había llevado a estar donde estábamos.

Y ahí sin mayor tema expone mi espacio. Me desnudó ante un mundo que para mi era perfectamente invisible. Me pareció tan extraño verme en un entorno tan lejano, y sin embargo me dió nostalgia de mi misma. De mi intrepidez, de mi independencia.

Estoy leyendo Kafka on the Shore de Haruki Murakami, y lo estoy disfrutando. Anoche me detuve largo rato sobre un párrafo. La descripción que hace uno de los personajes sobre un personaje de otra novela japonesa (The Miner de Soseki Natsume):

"Those are life-and-death-type experiences he goes through in the mines. Eventually, he gets out and goes back to his old life. But nothing in the novel shows he learned anything from these experiences, that his life changed, that he thought deeply now about the meaning of life or started questioning society or anything else. You don't get any sense, either, that he's matured."

Mucho ha cambiado en este último año, y espero profundamente que mi personaje sí haya aprendido y pueda cuestionar a la sociedad y cuestionarse a si mismo.

Hoy por lo menos se encontró.

1 comentario:

  1. Recordarse a sí mismo, sin tapujos, sin miedo, verse a sí mismo desnudo, sin "yo", sin "mío", recordar a esos que fuimos antes de ser en quienes decidimos, consiente o incoscientemente, convertirnos. Regresar a casa, ser esos que fuimos antes del nombre, del título, de las acciones, de los amigos, de los hijos, de los logros, de los temores, de los aciertos y errores...

    tarea nada fácil, que puede llevar toda una vida.

    ResponderEliminar